sábado, 20 de febrero de 2010

**Anecdotas**

16 de Febrero, 2010

No habría razón para hablarle, tal vez un hola expresado con las manos era suficiente para que sepa de mi presencia, pero sus movimientos exóticos me motivaron a dar mas pasos. Creo que sus motivadores bailes y su cabello pelirrojo eran las más resaltantes razones. Me acerque a ella y respondió mis movimientos con una sonrisa. Era la primera vez que veía a una chica sin frenos de mi edad. Ella realizo un baile extraño pero de una manera artísticamente esplendido, aunque estaba mas distraído por su cabello, su piel pálida y sus ojos, grandes y castaños. Después me miro atentamente.

No dijo ni una sola palabra, empezó a hacer una pared de mimo, luego se encerró en una especie de cubo imaginario, entonces con señas me pedía auxilio. Yo solo me dirigí a ella. Al chocar con la pared, la convertí en una puerta y la abrí. Volvió a sonreírme y se acerco bastante a mí al punto que estaba por abrazarme, pero el profesor de teatro menciono que no podía haber contacto entre nosotros.

Decepcionada empezó a hacer una flor y quitarle cada uno de sus pétalos. La mire fijamente, al notar mi presencia también me miro. Me acerque lentamente a ella y tome uno de sus cabellos mímicamente y lo jale asta el punto de hacerlo una gran tira, luego le di la parte inicial de la tira y yo me quede con la del otro extremo. Ella sonrió. Estábamos mímicamente unidos

1 comentario:

  1. Quisiera poder soñar así, pero si lo hago, es muy posible que pierda de nuevo

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